La Habana Vieja es un paraíso turístico por excelencia. En ella el turismo de ciudad y el turismo cultural encuentran uno de sus más atractivos polos en Cuba. De hecho es una de las zonas con más alto índice de visitantes en la capital y la nación. Como atractivos turísticos específicos en esta zona podrían nombrarse muchos, pero no cabe duda que los principales son la historia, la cultura y la arquitectura de esta zona antigua de la Ciudad de La Habana. La Habana Vieja ofrece al visitante todo eso y más en un área relativamente pequeña.

Dentro de este territorio hay varios espacios que resultan particularmente atractivos y que de hecho se cuentan como los más visitados. Además, constituyen puntos de referencia para adentrarse en La Habana vieja y conocer todo sobre ella. Ejemplos son la Plaza de Armas, la Plaza de San Francisco, la Plaza de la Catedral y la Plaza Vieja, así como la calle Obispo y el Paseo del Prado.

Las cuatro plazas antes mencionadas constituyen espacios fundamentales dentro del centro histórico de La Habana. La Plaza de Armas es uno de los lugares más antiguos de la ciudad. Desde su fundación, en su espacio se pregonaron leyes y noticias a toque de tambor, se desarrollaron revistas militares. El conjunto arquitectónico que la rodea es uno de los más bellos y mejor conservados de la arquitectura colonial en todo el continente.

Lugar de gran riqueza arquitectónica dentro de la ciudad, La Plaza de San Francisco de Asís jugó un papel determinante en el desarrollo económico de La Habana. Por su cercanía a la bahía fue utilizada para el abastecimiento de los barcos, así como de zona de carga y descarga y mercado de compra y venta. A pesar de estar flanqueada por la iglesia y convento homónimos, su carácter fue siempre mucho más comercial que religioso. En la actualidad se ubican también a su alrededor la Lonja del Comercio, la Terminal de Cruceros de La Habana y la Aduana Portuaria, entre otros.

La Catedral de La Habana es uno de los elementos más icónicos de la ciudad. Su plaza es utilizada en la actualidad como escenario de grandes cenas a cielo abierto y grandes espectáculos que usan como fondo la tan conocida fachada barroca de la catedral. La Plaza Vieja por su parte fue también una plaza comercial de la ciudad y una zona residencial por excelencia. Su formación es considerada el primer intento por expandir la ciudad y responder al crecimiento urbano y poblacional de los siglos XVI y XVII.

Otros dos espacios distintivos de La Habana Vieja son dos de sus calles: Obispo y el Paseo del Prado. La calle Obispo recibe su nombre debido a que el obispo D. Pedro Agustín Morel de Santa Cruz solía caminar por esta a menudo. Haciendo honor a su historia este vial es una calle peatonal y a ambos lados de ella se pueden encontrar numerosos comercios de todo tipo. El Paseo del Prado por su parte es una avenida con un magnifico separador central delineado con frondosos árboles, bellas farolas, bancos, estatuas de leones y monumentos. El paseo, límite de la Habana Vieja en su lado oeste, se extiende desde el Parque Central hasta la explanada de la fortaleza de San Salvador de la Punta, siendo esta ultima cierre de la entrada de la bahía conjuntamente con El Morro.